martes, 13 de marzo de 2012

ME PERDONAS?



Quien no pide perdón ni perdona, no conoce lo mejor de su corazón.

En este Mundo tan alocado en el que estamos instalados, el perdón está devaluado. No porque perdonar sea algo sin importancia o que no nos lleve a ningún sitio, sino más bien por el uso o el mal uso que hacemos de ello.

Con la crisis que estamos viviendo, día si y día también nos encontramos con desahucios, gente que no llega a final de mes y que debe lo que no está escrito. Nos encontramos también con malas gestiones de Empresas, Instituciones y Gobiernos. Y en todas estas situaciones, nos encontramos que a veces aparece el "perdón" pero con muchas y diferentes caras.



Cuentan que ... Hubo un Rey que quiso ajustar las cuentas con sus siervos. Le llevaron ante él a un siervo que debía 10.000 talentos. Como no tenia con qué pagar, el Rey mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos, todas sus pertenencias y que con ello saldara la deuda. El siervo, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo "Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo". El Rey tuvo lastima de él y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.

Pero, al salir, el siervo se encontró a uno de sus compañeros que le debía 100 talentos. Agarrándolo, casi lo estrangulaba, le dijo "Págame lo que me debes" y el compañero, zafándose de él y arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo "Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo". Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

Cuando los rumores de lo sucedido llegaron a oídos del Rey, éste lo mandó llamar. Cuando lo tuvo delante le dijo "Siervo Maldito! Toda aquella deuda que tenias te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el Rey, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.

Os suena esta historia? Encajarían por ahí los bancos, los organismos oficiales, las personas de a pie ...?
Es el mismo perdón el que manejamos todos? Tiene el mismo significado?

Lamentablemente, NO. Pero en nuestras manos está volver a retomar el verdadero significado del perdón. El perdón que nace desde el corazón, que no tiene doble cara y es el mismo para todos.

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