lunes, 6 de junio de 2011

YO PARA SER FELIZ QUIERO SER UN CAMION

Si, si. He añadido un SER a la popular letra de una antigua canción. Pero tiene su explicación. Vamos a ello.

En esta vida, todos queremos avanzar, todos queremos llegar mas allá pero para llegar al lugar que nos hemos propuesto cada uno utiliza medios y caminos diferentes.

Hay gente que le gusta llegar el primero. Sentir la velocidad. Conseguir las metas propuestas en el menor tiempo posible a pesar de que eso implique muchas deficiencias en todos los sentidos. Suelen ser personas que les gusta ir a la suya. Trabajan y viven de forma individual, aunque no siempre. Digamos que ellos para ser felices querrían ser una moto.

Por otro lado, están las personas que, sin querer ser los primeros en llegar, tienen todas las condiciones para ello pero prefieren admirar y disfrutar del paisaje viajando a una moderada velocidad. Además, suelen ser personas que saben que es importante tener espacio para otras personas y como no, para un buen equipaje, limitado pero suficiente. Son personas que para ser felices quieren ser un coche.

Por último, encontramos personas que antes de empezar el viaje planifican la ruta. Son personas que saben que el tiempo es importante pero que llegar al objetivo va a ser costoso aunque enriquecedor. Suelen ser personas que interactúan, que piensan en equipo aunque a veces, las circunstancias hacen que no puedan llevar a muchos acompañantes. Esto, lo suplen con toda vía de comunicación que pueda estar a su alcance para estar siempre en contacto con el mundo y con lo que les rodea. Saben de la importancia de la experiencia y por ello suelen llevar un remolque para colocar toda las vivencias que se encuentran por el camino. Yo me identifico con estas personas y por eso digo que para ser feliz quiero ser un camión.

Si, quiero ser. No quiero tener. En esta sociedad parece que hemos cambiado el orden de los valores y para muchos el TENER es mucho mas importante que el SER. Espero que nos demos cuenta de ello para que nunca tengamos que asumir que una frase se ha hecho realidad.

"Somos tan pobres que solo tenemos dinero".

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